miércoles, 6 de mayo de 2009

Entre lombrices y aguacates se mueve el Grupo Monarca


Por Jaqueline Peláez Jaramillo


El grupo empresarial Monarca, además de sus negocios de propiedad raíz, produce aguacates para exportación, para vender transformado en aceite o la propia fruta en fresco, explica Beatriz Elena Montoya Restrepo, ingeniera agrónoma egresada de la Universidad Nacional, responsable del manejo de estos.


Ella señala que se tienen algunas barreras para entrar a mercados extranjeros por el asunto de plagas y enfermedades.


Si es el producto transformado, dice que el aceite se puede vender principalmente en Estados Unidos, Europa y Asia, pero el producto en fresco, como las frutas del aguacate, encuentra en mercados como el norteamericano exigencias altas respecto a control de plagas y enfermedades.

Aguacates para el mundo

Hasta ahora, Colombia no ha hecho la primera exportación de aguacate, solo ha realizado algunas pruebas.

En una reciente reunión realizada con la Asociación de Aguacateros de La Ceja (Antioquia) se comentó que ellos esperan enviar próximamente un primer contenedor para Europa.
Inglaterra ha estado interesada en adquirir aguacates colombianos, pero Colombia todavía no está preparada para la siembra en niveles industriales.

Hasta el año 2005 había 17.000 hectáreas sembradas a nivel nacional. En la actualidad no hay información precisa acerca de las hectáreas sembradas debido al boom que actualmente se vive de siembra de la fruta.

En Colombia, los principales departamentos productores son los de la Costa Atlántica y toda su producción se destina al consumo interno. A pesar de ello, es necesario importar de Venezuela y Ecuador.

El lombricompuesto


Entre tanto, una de las fincas vinculadas a los proyecto del grupo Monarca, San Blas, compra kilos de lombriz roja californiana la cual tiene la capacidad de convertir lo que ingiere y defecarlo en materia orgánica reutilizable para la producción agrícola. Ese es un insumo bastante apreciado y muy costoso.

Un bulto de “lombricompuesto” puede costar hasta $20.000, comparado con uno de gallinaza que vale $10.000. La gallinaza es un abono orgánico compuesto de excrementos de gallina, el cual fortalece el suelo y mejora la producción de las plantas.


El “lombricompuesto” tiene una materia prima, la lombriz, que a su vez se alimenta de todos los residuos orgánicos, lo que sobra de los restaurantes, como lechuga, carne, tomate, y lo mismo en los edificios. Eso se recoge y llega a la finca, donde se hace el proceso de separación.

Luego lo pasan a la “cama” donde están las lombrices; éstas se lo comen, defecan un material en bacterias y microorganismos que facilitan mucho la vida de la planta. Es un trabajo limpio pues convierte muchos kilos de basura orgánica en un abono efectivo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario